La bucarofagia hace relación a la práctica del siglo XVII de ingerir búcaros, una especie de vasijas hechas a partir de arcilla, conteniendo en su interior agua de un sabor particular y aroma muy agradable. Las razones detrás de esta tendencia, incluían supuestos efectos blanqueadores de la piel, adelgazantes y anticonceptivos, pero traía consigo importantes riesgos para la salud, como obstrucción intestinal, insuficiencia hepática y hasta la muerte.
Origen
Los búcaros o también llamados búcaros de Indias, son un tipo particular de vasijas de origen mexicano exportadas a Europa durante el siglo XVII en adelante. Con el tiempo, los búcaros eran elaborados tanto en México, como en Europa, con la arcilla de tres yacimientos importantes: Tonalá (México), Estremoz (Portugal) y Salvatierra de los Barros (España).
En los tres casos, la arcilla procedía de la alteración de materiales ricos en hierro, como lutitas y esquistos, siendo compuesta por montmorillonita, illita, caolinita y diferentes minerales. A partir del análisis de sus compuestos, se descubrió que tiene un gran vínculo y similitud con la composición mineralógica de las vasijas comunes hechas de arcilla.
El exterior brillante de los búcaros se lograba mediante un proceso conocido como bruñido, hecho de una fina capa de arcilla diluida en agua, junto con piedras que ayudaban a pulir el material, para dar como resultado su característico brillo.
Usos iniciales
En un comienzo, los búcaros se utilizaban para almacenar alimentos y mantener fría el agua en los banquetes, gracias a su diseño esmaltado, hermético y seguro. Había otros búcaros que tenían hoyuelos y una capa esmaltada más gruesa, ayudando a enfriar y humidificar el aire caliente y seco del ambiente durante los meses de más calor.
Bucarofagia y supuestos beneficios en la salud
La obsesión de las mujeres de la nobleza por lograr una apariencia frágil, delgada, pálida y delicada, las llevó a una práctica peligrosa llamada bucarofagia, donde consumían diariamente pequeños fragmentos de los búcaros, hasta lograr consumir un búcaro al día. Incluso muchas mujeres lo consumían en polvo disuelto en bebidas o también mezclado con azúcar.
Los artesanos fueron cambiando los materiales, para que las paredes del búcaro fueran mucho más delgadas, finas, suaves y fáciles de consumir. También le añadían especias, saborizantes y perfumes.
Además, los doctores de la época aseguraban que los búcaros tenían propiedades curativas y que ayudaban a aliviar los problemas estomacales y de la piel, a evitar las hemorragias nasales y pulmonares, a actuar contra el veneno y las enfermedades malignas, los síntomas de la menstruación y que incluso actuaba como anticonceptivo.
Los peligros de la bucarofagia
La bucarofagia generaba un trastorno llamado clorosis, una especie de anemia, donde hay disminución de glóbulos blancos en la sangre, provocando palidez, debilidad, taquicardia y hasta la muerte. Otros efectos incluían crisis biliar, daño al hígado, retención de líquidos, insuficiencia renal, perforación del intestino y envenenamiento por plomo, mercurio y arsénico.
La arcilla de los búcaros tenía ciertas sustancias que podían provocar leves efectos narcóticos o alucinógenos, causando una gran adicción a consumirlos. Además, sus efectos de resina hacía más difícil que el cuerpo digiriera vitaminas como el hierro y el calcio.
La bucarofagia y los búcaros en el siglo XXI
La moda de consumir búcaros fue perdiendo popularidad hacia finales del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII, desapareciendo por completo para el siglo XIX. En 2014, esta costumbre hizo su reaparición con la famosa dieta de la arcilla que consiste en consumir capsulas de arcilla o disolver polvo de arcilla en zumo, asegurando que funciona como método para limpiar el organismo, desintoxicar el cuerpo y bajar rápidamente de peso, pero sigue siendo peligroso para la salud, por sus altos niveles de plomo y arsénico.
La dieta de la arcilla está categorizada como cinco de las peores dietas a seguir, puesto que no existen estudios que confirmen sus supuestos beneficios.
En Tonalá, México, sigue existiendo la elaboración de cerámicas, en especial de los tradicionales búcaros, debido a su belleza y llamativos diseños, perfectos para coleccionar. En varios museos a nivel mundial, también se pueden encontrar algunos búcaros antiguos, donde tenemos el privilegio de verlos y conocer un poco más de su historia.
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