Es noviembre de 1901 en Inglaterra y el mundo sufre una de las pérdidas más importantes: la muerte de la Reina Victoria, heredándole el trono del imperio británico a su hijo Edward VII, y terminando con una de las eras más importantes de la historia. Con la muerte de la Reina Victoria, llegaría la famosa »era Eduardiana», que se caracterizó por la representación de los lujos y la vida de la alta sociedad, dando como resultado una división evidente entre la clase aristocrática y la clase trabajadora.
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La era Eduardiana, también llamada Belle Époque, entra dentro de uno de los periodos más significativos de la cultura y la historia. Es una sociedad que se concentró en las actividades de ocio y la moda, promoviendo la unión cultural entre Inglaterra y Francia, expandiendo ideas y compartiendo tendencias. En este artículo, te mostraremos y hablaremos de lo más significativo en la moda femenina, los accesorios que más destacaron y los diseños predilectos en el vestuario.
¿Qué caracterizaba a la moda femenina Eduardiana?
La moda y las tendencias fueron dirigidas por las clases altas, pues eran los únicos que podían costear piezas con diseños únicos y exclusivos, creados a medida para cada persona. La moda femenina era el centro de atención, concentrándose en la figura de la mujer con pequeñas cinturas y también centrándose a favor del físico de las mujeres maduras, para que tuvieran una silueta estilizada y que resaltara.
Moda temprana
La famosa silueta S o silueta Eduardiana, fue uno de los aspectos más importantes en la moda Eduardiana temprana, la cual se caracterizaba por añadir elementos un poco más eróticos a los vestidos y pequeños toques de lujo, como cintas y encajes. Las personas creían que aquellas mujeres que llevaban estos detalles en sus vestidos, vivían una vida lujosa y de ocio.
En la moda temprana Eduardiana, la mayoría de vestidos eran ceñidos, con el busto levantado y las caderas anchas.
¿Cómo se vestía la mujer?
Para la mujer Eduardiana, su vestimenta debía estar completa y en tendencia, hasta el más mínimo detalle. Debajo del vestido, llevaban encaje de Irlanda, un tejido realizado a punta de aguja muy fino, junto a enaguas pantalón para facilitar el movimiento y, medias, generalmente hechas de seda, unidas por un liguero para mantenerlas lisas.
Los vestidos eran anchos en las caderas, las faldas de campana se popularizaron y se llevaban diseños tejidos con bordados de flores o insectos. Los cuellos se llevaban altos y las mangas largas y ajustadas en las muñecas, para dar una sensación de longitud.
En cuanto a los accesorios, los sombreros agrandados fueron una pieza infaltable, con adornos de plumas, flores o moños. Sumado a esto, una pieza icónica fue el parasol, perfecta e indispensable para los exteriores.
Debido al gran tamaño de los sombreros, las mujeres debían peinarse de maneras específicas para poder sostenerlo. El más popular fue el copete completo.
Gibson Girl, el estereotipo ideal de la mujer
La Gibson Girl era el icono de belleza de la mujer Eduardiana y fue una creación de Charles Dana Gibson, quien se inspiró en su pareja y creó la »mujer perfecta» de la época. Sus ilustraciones mostraban a una mujer bella, emancipada y trabajadora con cuerpo estilizado, vistiendo lo último de la moda.
La influencia del mundo oriental
Fue en esta época que Paris terminó por consolidarse como la ciudad de la moda y del estereotipo de la vida ociosa, dando auge a diseñadores como Paul Poiret, a quien se le atribuye creaciones como el vestido La Vague, que se caracteriza por ser largo hasta los pies, de caída recta y con busto entallado.
Poiret liberó a la mujer del corsé, haciendo que lo llamaran »el Rey de la moda».
Pero no solo Francia e Inglaterra fueron puntos focales de la cultura y la moda, Rusia también demostró su exquisito gusto hacia la moda con la introducción del ballet ruso. El vestuario dejaba atrás los suaves colores pastel y tenía colores brillantes y fuertes, acompañados de piezas sensuales que sorprendían al público.
Se reconoce a León Bakst como uno de los revolucionarios en cuanto al diseño de vestuario en el ballet.
El Art Noveau o modernismo
El Art Noveau surge como una nueva corriente tanto artística como de diseño, popularizándose en la primera mitad de la década, especialmente en el diseño de la joyería y la decoración de interiores. Este estilo también fue aplicado en la ropa por diseñadores que compartían sus ideas en revistas de moda y sastres, quienes podían tomar estas ideas como ejemplo y replicarlas en sus creaciones.
El Art Noveau se centraba en la figura y tenía a la naturaleza como inspiración con colores tierra, como grises, verdes, azules, blancos y ocres.
No todo era color de rosa
El uso de prendas peligrosas como la falda hobble, trajo consigo diferentes peligros y consecuencias graves, ya que se trataba de una falda trabada por debajo del nivel de las rodillas, siendo responsable de varias muertes durante años. Subir a los tranvías, hacer actividades al aire libre o incluso salir a dar un paseo, podría ser mortal para la mujer Eduardiana.
Las faldas trabadas perdieron su popularidad en el inicio de la Primera Guerra Mundial, ya que no era práctica al momento de necesitar movilidad en tiempos de guerra.
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¿Qué tal te parece esta época y su moda? Es claro que fue un momento lleno de influencia victoriana, pero también de nuevos diseños, que nos prepararían para lo que se vendría en los famosos años 20’s. En lo personal, pienso que esta era siempre tendrá su encanto y será de gran inspiración para los diseñadores de hoy en día.
Redactor creativo especializado en moda, música y artes