Marilyn Monroe dijo que era el mejor amigo de las chicas, mientras que la legendaria cantante Shirley Bassey afirmó que eran para siempre. La palabra diamante viene del griego «adamas» que significa invencible, por su composición es la piedra más duradera y es relacionada no solo con el lujo, sino también con el compromiso perpetuo como símbolo mundial del amor. Lo cierto es que el diamante es la piedra preciosa más buscada y anhelada.
El diamante se ha convertido en un símbolo de poder, amor, riqueza, realeza e incluso guerras.
Aunque sus propiedades se extienden más allá de la frontera de la ornamentación, es una pieza fundamental en áreas como la medicina y la religión. Los diamantes son utilizados en la medicina para diferentes experimentos contra el cáncer y la erradicación de distintas bacterias, se usan en un tamaño muy pequeño y generalmente son pulverizados. El diamante también es símbolo de rareza en la alta joyería, porque una de sus grandes características es que cuando uno de sus cortes entra en contacto con la luz, se forma un gran arco iris de colores.
Características del diamante
El diamante es un carbono cristalino natural y es el mineral más duro conocido por el hombre. Su belleza se debe a un complejo proceso de creación en el que el elemento es sometido a una elevada temperatura y presión que permite la cristalización del mismo. Actualmente, la ciencia ha desarrollado diferentes formas de crear diamantes artificiales desde un laboratorio y son construidos de tal forma que generan las mismas condiciones que los diamantes que aparecen en tierra, eso sí, no son tan codiciados como los naturales.
El uso de diamantes en la joyería data de hace más de cien mil años y hasta el siglo XVII comenzaron a ser comercializados en Europa. En un momento de la historia, se considero que las reservas mundiales estaban agotadas, por esta razón, se hicieron expediciones en busca de estas piedras preciosas alrededor del mundo y en las nuevas colonias de Sudamérica y África.
Estas anheladas gemas han sido protagonistas en el arte, la música y el cine, representando siempre la belleza incomparable de su singularidad natural.
Actualmente los principales países abastecedores de diamantes son Australia, Zaire y Botswana, mientras que grandes compañías como Tiffany & Co, Cartier y Bvlgari, se destacan por la distribución de esta piedra preciosa en el mercado de la moda y el lujo.
Existen varios tipos de diamantes, y su calidad se mide con las cuatro C: talla (cut), color, claridad y quilates (carat). El diamante más vendido es el blanco, puesto que son muy costosos y difíciles de conseguir. La talla es la única característica de los diamantes que dependen de la mano humana y de la experticia con la que se trata la piedra preciosa, las demás características dependen exclusivamente de la formación en tierra de la piedra. Razón por la cual, un gran número de diamantes son descartados por no cumplir los estándares de calidad que las grandes firmas joyeras han establecido en su producción.
Solo uno de cada diez mil diamantes que se extraen son blancos.
Diamantes en la realeza inglesa
No es de extrañar que en la realeza encontremos una gran variedad de joyas de diferentes tamaños con diferentes tipos de piedras. En el siglo XIII, un estatuto de Louis IX de Francia estableció que todos los diamantes debían ser propiedad de la realeza por su rareza, exclusividad y precio, pero a medida que la historia avanzó, la alta sociedad también empezó a comercializar diamantes y aunque hoy en día siguen siendo un producto de alto precio y los más exclusivos son propiedad de las familias reales, los diamantes ya no son únicamente para los royals.
Desde tiempos inmemorables, los diamantes siempre han hecho parte de la vida de Príncipes, Princesas, Reyes y Reinas.
La gran mayoría de joyas que podremos encontrar en la Corona Inglesa, pertenecieron a la Reina Victoria, con un alrededor de más de 300 piezas, en las que siempre encontraremos al menos un diamante. Parte de las piezas más importantes es el set de collar, broche, tiara y pendientes con esmeraldas y diamantes que su esposo, el Príncipe Albert, diseñó exclusivamente para ella en 1845.
Este set forma parte de la historia de amor de la Realeza Inglesa, en el que la Reina Victoria y el Príncipe Albert iniciaron la tradición de regalarse diferentes tipos de joyas entre ellos mismos.
El diamante más grande jamás encontrado pertenece a las joyas de la Corona Inglesa y es conocido como el Diamante Cullinan. Este icónico diamante fue cortado en varias piezas y dos de las piezas más grandes fueron montadas en el cetro del Soberano (530 quilates) y en la pieza central de la Corona Imperial (317 quilates).
La ciudad de los diamantes: Amberes, Bélgica
La segunda ciudad más poblada de Bélgica y la capital de los diamantes a nivel mundial, desde el siglo XVI, empezó a situarse como el mejor lugar para comercializar diamantes en todo el mundo. Actualmente el 80% de todos los diamantes en bruto van a Amberes, donde son cortados, despachados, comercializados y certificados. Los artesanos joyeros de esta ciudad Belga son reconocidos por su alto nivel de detalle y perfección en los cortes, características fundamentales para la luz y el valor del diamante.
Si estás buscando invertir en diamantes, muchos dirían que el lugar ideal es Amberes y que debes visitarlo, aunque hoy en día, su sistema está tan modernizado que es posible comprar las valiosas gemas por internet. Si no buscas comprar un diamante o joyería con piedras preciosas, igualmente te recomendamos visitar esta particular ciudad y su barrio de los diamantes, donde diferentes artesanos tienen exposiciones y atractivos turísticos alrededor de esta piedra preciosa.
Símbolo de un amor inquebrantable
Hay muchos diamantes que han sido protagonistas de historias llenas de misteriosos robos y maldiciones, sin embargo, dos famosos diamantes, el Krupp y el Burton-Taylor, fueron protagonistas de la relación entre los actores Elizabeth Taylor y Richard Burton, uno de los amores más tormentosos de Hollywood.
Tal era la obsesión de Burton por su amada, que él insistía en que su esposa debía llevar consigo joyas tan bellas como ella. Sus palabras se convirtieron en acciones cuando le compró el diamante Krupp, uno de los más puros en el mundo, convertido en un anillo que Taylor llevaba en el dedo anular.
Un año más tarde, en 1969, Burton le pagó a Cartier la suma de un millón de dólares por el diamante que sería conocido como Burton-Taylor. Esta pieza fue vendida por la actriz cuando se divorció del actor por segunda vez.
El diamante Burton-Taylor pesa 68 quilates y está avaluado en $18.9 millones de dólares.
El amor de esta pareja de Hollywood fue en verdad problemático, lleno de problemas, discusiones, apasionantes encuentros, lujosos viajes, regalos y joyas como las anteriores, las cuales son parte del legado de una época maravillosa de Hollywood. Gran parte de la colección de joyas de la aclamada actriz, han sido subastadas a favor de la Fundación Elizabeth Taylor AIDS (ETAF).
Las piedras preciosas son muy codiciadas a nivel mundial y han sido parte de la historia de amores, guerras, monarquías y celebridades. Los diamantes forman parte de una industria multimillonaria internacional que se mueve entre minas, joyeros y compradores que día a día comercian, compran y tallan las «lágrimas de los dioses», tal como los griegos llamaban a esta preciada piedra.
Estudiante de moda y experta en tendencias.
Me ha encantado vuestro articulo 🙂 Excelente
Muchas gracias Dolores 🙂
Está muy interesante. El diamante siempre ha sido mi piedra favorita